En este segundo episodio de la incansable búsqueda de la Atlántida he encontrado una nueva forma de expresar el arte mediante los recursos arquitectónicos de las ciudades aplicados a nuevos conceptos de urbanismo. Encajando un sentido superior de integración donde generamos la obra, podemos apreciar la evolución de una idea reinventándose para fundirse con el entorno y crear con ello nuevos pasos cosmopolitas. De esta manera encontramos nuevos ejemplos de sabiduría natural en el camino que completa el hombre que viaja constantemente y transita lugares sin volver para siempre. Las sugerencias de la escena provocan una nueva lectura que nos acerca de una manera más íntima a esa idea superior que requiere un nuevo cierto sacrificio del observador por comprender más en la profundidad.
Nuevas soluciones y retos para interpretar de nuevo la realidad que nos lleva a todo el mundo con prisas sin poder apreciar los detalles de una conciencia divina que nunca acaba de perderse.
Siempre hay alguna anécdota, depende la zona donde se requiere ayuda como para remover las pintadas de grafiteros perdidos y vándalos sin prejuicios que aprovechan cualquier ocasión para marcar el territorio de manera anónima. Mis pegatinas encajan a la perfección en todas las farolas, creando una ilusión de poder hipnótico magistral sobre la calle y mostrando una nueva armonía en la creación.
Todo parece una obra de un gran mago creando luz de la inteligencia de la partícula fotón original donde los inventores siempre están de enhorabuena sin dudarlo.
Siempre hay algún lugar donde nos gustaría que hubiese un poco más de luz para brillar mejor, pero también hay oscuros donde no brillaran nunca.
En cualquier caso, la inteligencia de la luz se percibe que brilla diferente en distintos lugares, pero la intensidad siempre es la misma.
Gracias por asistir, hasta la próxima.